viernes, 18 de julio de 2014

TEMA MIEDO

Las leyes de un hombre sin miedo

Curtis James Jackson III (1975), conocido como 50 cent es una estrella mundial del rap. En el año 2000 sobrevivió a los 9 disparos que le hizo un pistolero cuando entraba en un coche. Si te preguntas por qué está en Filosofía Hoy la razón corta es que sus reflexiones sobre la superación y el coraje ayudan a pensar sobre la epidemia del miedo. La razón larga... Lee esto.



1. Si eres capaz de demostrar al mundo que no te importa no ser como los demás, ya no puedes volver atrás

➔ Se basa en la siguiente premisa: los seres humanos tenemos poco control sobre las circunstancias. Los demás influyen directa e indirectamente en nuestras vidas y tenemos muy poco control de la situación. Lo único que podemos controlar es la disposición mental con que respondemos a los acontecimientos. Si somos capaces de sobreponernos a nuestras ansiedades y forjar una actitud intrépida, puede ocurrir algo sorprendente: el estrecho margen de control sobre las circunstancias se amplía.

2. Observa las cosas tal como son
➔ La realidad puede ser muy dura. Tus días están contados. Requiere un esfuerzo constante buscarse un hueco propio en este mundo despiadadamente competitivo. Tu reto consiste en resistir la tentación de desear que todo fuera diferente; en vez de ello, debes aceptar sin miedo estas circunstancias, incluso abrazarlas. Sabiendo ver a través de las manipulaciones de los demás, podrás darles la vuelta. Cuanto más te agarres a la realidad, más poder tendrás para modificarla a la medida de tus intenciones.

“La realidad es mi droga, cuanta más tengo más poder consigo y mejor me siento”.
Las claves:
• Redescubre la curiosidad.
• Conoce todo el terreno.
• No te quedes en la superficie, profundiza.
• Mira hacia delante: al futuro.
• Fíjate en los actos de las personas, no en sus palabras.
• Sé imparcial: revísate a ti mismo.

3. Afronta tu mortalidad
➔ Frente a la inevitable mortalidad tenemos dos posibilidades: evitar a toda costa pensar en ella, o afrontar esa realidad y hacer de la consciencia de la muerte segura algo positivo.

La gente habla de mi intento de asesinato como si fuera algo especial. Actúan como si no se enfrentarán a lo mismo. Pero algún día todos tenemos que enfrentarnos a una bala con nuestro nombre escrito. Cuando estuve a punto de morir, pensé: esto podría volver a pasar en cualquier momento. Es mejor que me dé prisa y haga lo que quiero hacer. Empecé a vivir como nunca había vivido antes. Cuando el miedo a la muerte desaparece, ya nada puede preocuparte” 
Las claves:
• Temer a la muerte es debilitante.
• Admirar la muerte como un gran misterio final será algo “sublime”.
• Cada despertarserá volver a nacer.
• Contemplar lo “sublime” de la muerte produce sensación de urgencia para hacer cosas aquí y ahora.

4. Sé independiente
➔ Cuando trabajas para otros, estás a su merced. Son propietarios de tu trabajo. Tu espíritu creativo está callado, lo que te mantiene en semejante posición es el miedo a tener que sumergirte o nadar por tus propios medios. En cambio, deberías tener más miedo a lo que te ocurrirá si continúas dependiendo de otros. Trabaja tu propio espacio por ti mismo.

“Nací solo y moriré solo. Tengo que hacer lo que es apropiado para mí y no vivir la vida de forma que quieran los demás”
Las claves:
• Recupera el tiempo muerto.
• Crea empresas pequeñas.
• Haz de tu empresa un reflejo de tu individualismo.

5. No dejes que el miedo te lleve a esperar un tiempo mejor: convierte todo lo negativo en oportunidad de algo
➔ Tu falta de recursos puede ser una ventaja, obligándote a ser más imaginativo con lo poco que tienes. Perder una batalla puede permitirte presentarte a ti mismo como un simpático desvalido.

“Todo lo negativo es positivo. De alguna manera, las cosas malas que me ocurren las convierto en buenas. Eso significa que no puedes hacer nada que me hiera”

Las claves:
• Saca todo el partido a lo que tengas.
• Muévete antes de estar preparado.
• Mantente atento a cualquier cambio de gustos y valores: todo será oportunidad.


6. Respeta el proceso de las cosas
➔ Los tontos del mundo lo quieren todo rápido y fácil: dinero, éxito, atención. Hay que invertir tiempo en aprender. Todo el tiempo que inviertas en prácticas y trabajos penosos, al final, se transformará en un mayor placer.

“La mayoría de la gente no aguanta el aburrimiento. Eso significa que no pueden permanecer en una cosa hasta hacerla bien. Y se preguntan por qué son infelices” 
Las claves:
• Aprende a dominar algo sencillo.
• Interioriza las reglas del juego.
• Dedícate a afinar los detalles.
• Redescubre tu tenacidad natural.

7. No dejes de moverte
➔ Hoy, los cambios son constantes, y no podemos controlarlos todos. Si tratas de abarcarlo todo al milímetro, a largo plazo acabas por perder el control hasta sobre lo más importante. No des a otros la posibilidad de inmovilizarte: no dejes de moverte y de cambiar tu apariencia para adaptarte al entorno.

“50 Cent es un personaje que me he creado. Pronto llegará el momento de destruirlo y convertirme en otro” 

Las claves:
• Fluidez mental: deja que surjan ideas inesperadas.
• Fluidez emocional: deja que el miedo, el odio o la ira pasen.
• Fluidez social: tu aportas el armazón, deja que los demás aporten su motivación y creatividad.
• Fluidez cultural: a lo único que debes temer es a convertirte en una reliquia social y cultural.

8. Supera tus límites
➔ Tu concepto de ti mismo determinará tus actos y lo que acabas consiguiendo en la vida. Con una mayor confianza en tus capacidades, asumirás riesgos que aumentarán las posibilidades de éxito.

“Tu opinión de ti mismo se convierte en tu realidad. Si tienes demasiadas dudas, entonces nadie creerá en ti y todo te irá mal. Si piensas en sentido contrario, lo contrario sucederá. Es así de simple” 
Las claves:
• Reinvéntate constantemente.
• No sucumbas a los modelos sociales que son modelos mentales.
• Creer que estás destinado a cumplir algo te hace más libre.
• Apuesta por ti
                                                                                                                          TEXTO ORIGINAL EN LA REVISTA FILOSOFÍA HOY